Ha llovido,
ahora, clarea y
chispea,
luego, cae un mea mea,
está empapado el suelo.
En la dehesa,
no hace frío.
¡Cómo platea
el encinar!,
la jara y, el cantueso,
el tomillo, el romero...
Cautiva, allá en lo lejos,
al agua la riza el
viento.
Se cimbra y silba la
retama.
Relucen los
blanquecinos
guijarros del
guijarral.
Se retuerce el camino
entre los cerros, y se
pierde,
aparece, se vuelve a
perder,
reaparece.
En lo alto un fuerte,
atalaya del tiempo.
Y la brisa en la cara
trae aromas de
recuerdos.
He vuelto.
jmgd
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