Llegó el final,
¡siempre llega el fin! En la luz de entre las ramas secas del árbol la mancha
oscura de un nido. Pero llegó el final, murió. No volverá a verdeguear y
proteger las ramas del abrasador sol con sus hojas. Poco a poco su tronco se
irá agrietando, tal vez, unos años más aguantará erguido, y algún “pica pica”
agujereará la seca madera, hará en él el nido y teñirá de blanquecinas manchas
de vida su tronco.
El ruido de la
motosierra preludio de su destino, atisba su suerte.
Unos años después, en
las huellas de los golpes de la piqueta y el roce de las cadenas para el tiro
que revienta el suelo al arrancar su abandonada cepa, mientras raspo la
adherirá tierra de entre sus raíces, descubro un hábitat, hongos, termitas,
gusano, hormigas e infinidad de diversos pequeños capullos protectores con
huevas de vida. Siempre acogedor. Pero, llegó el final, murió.
Sus frutos y el cobijo
a lo largo de los años; la viga y los
listones que sujetan la cubierta del techo, los postes del cercado, la leña y
la tarama para el calor del hogar, las hojas convertidas en humus, … ¿Llegó el
final?, ¿siempre llega el fin?
jmgd
Siempre hay un final para todo, pero ellos luego sirven para algo,dar calor al hogar,vigas para cobijar a alguien,Papel para escribir...A nosotros cuando nos llega ese final....Que....Un saludo.
ResponderEliminarEn el mejor de los casos, creo que, un montón de cenizas. Se supone que en nuestro paso por la vida huella dejaremos, Lurdes. (!Anda que tú con lo activa que eres!)
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