Un hurdano hurdano, de las mismitas Hurdes, que, por estar empleado en los retenes de los bomberos, tiene nómina y cobra mediante transferencia bancaria, por lo que al tenerla domiciliada le ha regalado la entidad financiera una cámara digital automática de grabar vídeos y hacer fotos, vivaracho él, la maneja que es una maravilla.
Un día cualquiera de esos de estar en paro, muy arreglado va a la capital con cámara en mano, y, aquí hago una foto, allí grabo; llega a las inmediaciones de un colegio y ve a los niños que en la hora del recreo están jugando, les graba, les hace fotos, en estos menesteres está, cuando un policía municipal le echa el alto, le detiene y le retiene hasta que llega el coche patrulla policial, le llevan a comisaría, le interrogan, eliminan las fotos de los niños y tras un aviso imperativo de que está prohibido y penado fotografiar niños le devuelven su cámara y le dejan en libertad.
Sentado en la plaza de la alquería en compañía de casi la mayoría de los convecinos, les cuenta sus aventuras y desventuras entre chascarrillos y risas, como consecuencia de todo ello, avisándoles en propiedad, concluye: “Los de la capital no quieren que se les hagan fotos a los niños porque creen que se les roba el alma”
jmgd
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