Ella, como todas las tardes, desde la ventana le ve llegar, la niña juega, salta con impaciencia unos pasos por delante de él, tiene un sobre con un lazo rosa en la mano, está muy contenta, es su cumpleaños, y, su papá le prometió que cuando cumpliera los seis añitos, como regalo podía entrar en la visita con él, porque ya sería mayor.
La habitación está en penumbra, no hay nadie en la cama, con delicadeza él da unos golpecitos en la puerta del baño, se abre. ¡Es…! Exclama la niña sorprendida, pero un ruego cariñoso de la mujer hace que no termine la frase.
Aún sorprendida, con timidez y anhelo, la niña, le da el sobre, ella le felicita su día, la abraza, le da una cajita y le susurra algo, unido a un sí, al oido.
Deseaba verte, comenta él, está muy ilusionada, hizo ese regalo para ti.
Las dos sonríen en complicidad.
Él no entiende nada, ¿Pero...?, pregunta.
¡Es un secreto, papá!
¿Secreto?
¡Sí, papá, nuestro secreto!
Esta noche, como todas las noches desde la siguiente a aquella tarde del parque, la niña sueña y en su sueño juega, y, como en todos sus sueños la abraza una señora, que tantas veces contó a su papá y que esta tarde le ha regalado una pulsera y respondió sí al contenido de su sobre de: Te quiero mucho ¿quieres ser mi otra mamá?
jmgd
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