Primavera en la dehesa. jmgd
Hoy, día 2, he participado, perdón, ¡que manía tengo de comenzar pasado de fecha! Ayer día 1 de abril de 2011, comenzó el programa de actos de Primavera en
la Dehesa del Valle del Alagón, terminarán el próximo 2 de mayo. Decía que he estado en Valdeobispo, en
la III Jornada del Espárrago Triguero, participando en la marcha senderista “Callejas de Valdeobispo”. Ellos y ellas, los del pueblo, se saben todos los nombres no solo de las callejas, si no también de los cercados y cortinales, a mí no me los preguntéis que no recuerdo ni uno, y mira que en los pueblos se ponen motes como el “tío virulé”, que con un ojo mira de frente y con el otro para las tres, ¡ni con esas! Ha sido un día provechoso en cuanto a aires nuevos y emociones, puesto que esa fue parte de la ruta que de muy niño recorrí camino de los llanos de “el Rincón”, parece mentira pero en el tramo del cordel he recordado un par de puntos geográficos, y los cháncales que los barreneros trabajaban, pero recuerdos de niñez aparte, hay algo que aún me ha emocionado más, unos cuantos jóvenes, utilizando, porque quieren, palabras de nuestro habla que cuelgan en las paginas de internet, y, poco a poco están elaborando un diccionario, entre ellas “esconderichi” (escondite), “cantear” (dar la vuelta), enreaor (de enredar, no estar quieto), quadacé (que he de hacer), y algunas más; han sido doce kilómetros por callejas con paredes de piedra granítica, con regatos de agua que había que cruzar saltando de piedra en piedra, y algunos manantíos en las mismas callejas, tramos empinados, de poner a prueba las piernas, que se han habilitado para ampliar la ruta, estaban intransitables de plantas invasoras; ¡uy! decía un señor mayor, antes las cabras no dejaban entallecer ni salir una fruncia de yerba, y no solo las cabras, nosotros mismo, no he comido yo acerones, espárragos, hinojos, pamplinas... bueno toa la clase de yerba, ¡que no había!, marcaba la exclamación frotando las yemas de los dedos índice y medio con la del pulgar, y se agarraba uno a comer lo que se pillara, me recuerdo, siguió explicando, que íbamos a comprar pan y te preguntaba la panadera ¿traes perras?, ¡no!, pues prenda dile a tu madre que ya no hay. En fin, que todo de mucho sabor rural, aderezado con preciosas vistas, retratos de una hermosa primavera cromada de amarillo retama, encinas con sus candelas y las blancas flores de las jaras, al fondo, en la represa, el agua, y más allá, una veta de dehesa parda, sobre ella, el cielo, no azul que amenazaba lluvia, y ese aire fresco cargado de aromas a mil y una flores. Ya en el pabellón multiuso degustamos diferentes tortillas, sopas y revueltos de espárragos que, no es por la caminata, estaban exquisitos, regados con un ponche frío, bueno dos, el suave y el fuerte, esos si que supieron a gloria, amenizado por un grupo de tamborileros ¡Ah, se me pasaba, como siempre!, aparecí por allí, debido a que participo en el IX Rally Fotográfico, Valle del Alagón y entre los diferentes actos que se realizan, tengo que elegir tres de diferentes pueblos en los que estar, como requisito para validar las 36 fotos que he de presentar, hacer la marcha no es obligatorio, sólo dar fe de que he estado allí, haciendo una foto de control, que ya estáis pensando que si no, no hago la ruta. ¡Ná, darvus una carrendilla al campu, questá que dá gloria!
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