¡… y no me digas
que aún tiene la herida
en carne viva!
No sea por presumir
pero
bebía los vientos
por mí.
Dije:
¡Lo siento!
Me amó
y
me fui.
Me dijo: ¡Te quiero!
Oyó el eco de mi voz:
¡Es que yo,
yo no te quiero a ti!
¿… y dices que su herida
no ha dejado de
sangrar?
Siento mi corazón
latir.
¿Pesar?
¡No sé!
Ta vez, sentir.
¡Es que…!
¿Es su vida
un frenesí?
¡Dímelo a mí!
También amé.
No fue por presumir
pero,
antes, de esos vientos
bebí.
Dijo:
¡Lo siento!
Yo amé
y
perdí.
Le dije: ¡Te quiero!
Oí el eco de su voz:
¡Es que yo,
yo no te quiero a ti!
jmgd
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